¡Hola! ¿Cómo estás? Hoy te traigo una nota destacando al genio de Nikola Jokic, aprovechando que hace días jugó su último partido de playoffs de esta temporada, cayendo en el 7mo de las semifinales del Oeste contra Shai Gilgeous-Alexander y sus Oklahoma City Thunder.

Además, un análisis de un colega español sobre las zonas de tiro en la liga ACB de España 2024/25. ¿Te compartieron este newsletter? Suscribite y recibilo en tu casilla de mail todas las semanas.

El genio de Nikola Jokic

Sin confirmación del MVP de la temporada, y creyendo que será para Shai Gilgeous-Alexander, aprovecho para compartir este artículo sobre el serbio Nikola Jokic, publicado el 24 de abril en The Ringer por Rob Mahoney. Tenía preparado este pequeño texto, pero justo ayer confirmaron y entregaron el premio MVP a Shai 😉​.

La inteligencia en el baloncesto tiene muchas formas: saber cuándo pasar, cómo moverse, cómo manipular a la defensa. Algunos jugadores pueden anticipar el siguiente movimiento. Otros lo crean. Pero hay una diferencia entre los que “leen” el juego y los que lo “reescriben”.

Nikola Jokic reescribe todo lo que creías saber sobre cómo se juega el básquet.

Desde su llegada a la NBA, Jokic ha sido una anomalía: un pívot serbio con manos suaves, visión privilegiada y un control del tiempo y el espacio digno de un ajedrecista. Pero a lo largo de los años, su impacto se ha vuelto más profundo. Hoy, no se trata solo de su capacidad para anotar o asistir. Es su entendimiento total del juego lo que lo convierte en un problema sin solución para los rivales.

Hay algo especial en cómo Jokic puede absorber una jugada, identificar el mínimo error del rival y convertirlo en una ventaja para su equipo. No necesita velocidad para generar separación. No necesita salto para dominar cerca del aro. Le basta con leer, anticipar y ejecutar.

Un detalle revelador: los Nuggets no necesitan correr sistemas complicados. A menudo, simplemente le dan el balón a Jokic en el poste alto y dejan que el juego fluya a partir de ahí. Él se encarga de que todos reciban en el momento justo. Si lo marcan con un solo defensor, anota. Si hacen ayuda, encuentra al tirador abierto. Si hay una confusión en la defensa, la explota de inmediato.

Esto no es solo talento. Es una comprensión profunda del ritmo del juego y una memoria visual impresionante. Jokic recuerda patrones, hábitos, tendencias. Puede reconocer una cobertura que vio semanas atrás y ajustarse al instante. Tiene un "serenidad en el caos" que pocos jugadores poseen.

Ver lo invisible

A menudo se dice que los mejores jugadores hacen que sus compañeros mejoren. En el caso de Jokic, eso es una verdad literal. Hay jugadores que, junto a él, parecen versiones mucho más completas de lo que fueron en otros equipos. Jugadores de rol comunes se convierten en piezas clave dentro del sistema de Denver, no porque cambien su talento, sino porque Jokic entiende cómo potenciar sus habilidades específicas.

Un ejemplo: Jamal Murray. Su química con Jokic es única. Pero lo más llamativo no es el talento individual, sino cómo se entienden sin hablar. Jokic sabe cuándo cortar, cuándo frenar, cuándo acelerar. Es como si ambos compartieran una misma hoja de ruta, pero Jokic la hubiera escrito antes del partido.

Esto no se limita al juego ofensivo. En transiciones defensivas, rebotes o coberturas, Jokic orquesta el posicionamiento de todos con pequeñas señales, miradas o movimientos. Es como un director de orquesta que anticipa cada nota, cada silencio, cada crescendo.

¿Qué lo hace diferente?

En parte, es su historia. Jokic no creció en el sistema tradicional estadounidense. En Serbia, aprendió a jugar en espacios reducidos, con énfasis en la lectura del juego y la técnica. Eso le dio una formación distinta, más cerebral. Desde joven, aprendió a usar su cuerpo de forma eficiente, a leer ángulos, a jugar al ritmo que le conviene.

Pero la inteligencia no solo es producto del entorno. Lo que diferencia a Jokic es su capacidad para leer múltiples capas del juego al mismo tiempo. Mientras otros se enfocan en su marcador directo o en la próxima jugada, él ya está procesando tres o cuatro posibles escenarios futuros.

La mente más veloz en la cancha

Lo más irónico es que, físicamente, Jokic parece lento. No salta demasiado. No corre rápido. Pero eso es solo una ilusión. En realidad, su mente va mucho más rápido que la de cualquiera en la cancha. Por eso parece que siempre está un paso adelante. Porque lo está.

Cuando ves jugar a Jokic, puede parecer que el rival simplemente cometió un error. Pero si prestás atención, entendés que Jokic forzó ese error. Movió una pieza del tablero para que, unos segundos después, la defensa se desarmara. No necesita trucos ni fintas exageradas. Solo pequeñas acciones llenas de intención.

Tercera parte: El genio invisible

Lo que hace que el juego de Nikola Jokic sea tan difícil de describir es que su grandeza no se basa en lo evidente. No tiene mates espectaculares. No suele aparecer en los resúmenes de mejores jugadas con volcadas o tapones. Su dominio es silencioso, casi invisible, pero constante.

Los entrenadores rivales intentan ajustar sus esquemas, rotaciones y coberturas para frenarle. Pero Jokic responde con una lectura perfecta, con un pase que nadie vio venir, o con un movimiento de pies que descoloca al defensor sin esfuerzo aparente. Siempre elige la opción correcta, y lo hace con una calma desconcertante.

En cierto modo, representa una forma distinta de entender el juego. En una NBA que premia el atletismo y la velocidad, Jokic demuestra que el conocimiento, la paciencia y la comprensión profunda del baloncesto aún pueden dominar el más alto nivel.

El legado de Jokic

Aún está en plena carrera, pero ya se puede decir que Nikola Jokic ha cambiado la forma en que vemos la posición de pívot. No solo por sus estadísticas, que son históricas, sino por cómo redefine lo que significa ser un jugador central en un equipo: no solo un anotador, sino un creador total.

Su legado no se medirá solo en MVPs o campeonatos, sino en cómo inspiró a una nueva generación de jugadores a pensar el juego de forma más inteligente. A entender que ver el básquet desde otro ángulo también puede ser una superpotencia.

¿Ha Muerto la Media Distancia? La Eficiencia de Tiro en el Baloncesto Moderno y la Liga ACB

Te traigo una interesante edición del newsletter BasketLogía que habla de la distribución de lanzamientos en la ACB en esta temporada. La imagen siguiente representa la distancia, % de lanzamientos sobre el total y puntos por cada tiro.

“¡La media distancia ha muerto!”, proclamaba irónicamente Friedrich Nietzsche —o al menos lo haría si hubiera vivido en la era del baloncesto moderno. Lejos de una simple evolución estética, el juego ha atravesado una transformación profunda en cómo se valora y selecciona cada lanzamiento. Atrás quedaron los días en que un tiro de cinco metros era un recurso habitual; hoy, los equipos priorizan la eficiencia con una claridad casi matemática. Este artículo explora esa evolución a través de un análisis de más de 35.000 lanzamientos realizados durante la temporada 2024-25 de la Liga ACB.

Pero antes de sumergirnos en los datos, vale la pena detenernos en una figura clave para entender esta revolución: Seth Partnow. Con su barba de leñador y una mente aguda para los números, Partnow fue uno de los pioneros en cuestionar la calidad del tiro durante su etapa con los Milwaukee Bucks. Su enfoque ayudó a cimentar una nueva manera de pensar el baloncesto, donde no todos los tiros valen lo mismo y la media distancia pasó de ser un arte a una rareza táctica. Su obra, The Midrange Theory, no sólo da nombre a esta corriente, sino que sirve como marco teórico para repensar el juego a través de la ciencia de los datos.

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